Un nuevo informe elaborado por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Corporación Financiera Internacional (IFC), brazo del sector privado del Banco Mundial, ha arrojado luz sobre una problemática muchas veces subestimada pero fundamental para el desarrollo económico: el financiamiento del comercio. Centrado en México, Guatemala y Honduras, el estudio analiza los desafíos estructurales que impiden a muchas empresas, en especial las micro, pequeñas y medianas (PYMES), acceder a los recursos necesarios para participar activamente en los mercados internacionales.
Durante la presentación del informe en la Ciudad de México, la directora general adjunta de la OMC, Johanna Hill, subrayó la importancia del financiamiento del comercio como un facilitador clave del comercio exterior. En sus palabras, "la falta de financiamiento comercial funciona como un costo prohibitivo que bloquea el desarrollo y frena el crecimiento económico en muchos países en desarrollo".
El informe resalta que el déficit global de financiamiento al comercio, estimado en 2.5 billones de dólares según el Banco Asiático de Desarrollo, afecta de manera desproporcionada a las empresas de menor tamaño y a aquellas lideradas por mujeres. Hasta el 70% de las solicitudes de financiamiento presentadas por empresas propiedad de mujeres son rechazadas, lo que limita seriamente sus oportunidades de expansión.
En los países centroamericanos analizados, la situación no es distinta. Apenas una fracción del comercio está respaldado por financiamiento formal, en contraste con economías avanzadas donde esta cobertura supera el 60%. La investigación muestra además que el crédito disponible tiende a concentrarse en grandes empresas ya consolidadas, dejando de lado a miles de pequeños exportadores e importadores que podrían dinamizar las economías locales.
Uno de los hallazgos clave del estudio es que solo una cuarta parte de las empresas involucradas en comercio exterior en la región tiene acceso al crédito. Esta baja inclusión financiera impide que muchas empresas aprovechen los beneficios del comercio internacional, como la integración en cadenas de valor, la diversificación de mercados y el aumento de la productividad.
México se destaca en el informe como un caso de avance gracias a iniciativas como la facturación electrónica y los programas de factoraje impulsados por la NAFIN. Estos esfuerzos han contribuido a la creación de un mercado activo de financiamiento de cadenas de valor, que hoy se considera uno de los más dinámicos de América Latina.
Sin embargo, Hill advirtió que aún queda mucho por hacer para que el financiamiento del comercio se convierta en una herramienta inclusiva. En muchos casos, las pequeñas empresas deben pagar por adelantado sus importaciones y esperar largos plazos para cobrar sus exportaciones, lo que agota su flujo de caja y las deja fuera del mercado global.
La OMC y la IFC han emprendido una serie de estudios regionales similares en África Occidental y la región del Mekong. En todos los casos, los patrones se repiten: concentración del crédito, exclusión de actores pequeños, y un bajo uso de instrumentos financieros para apoyar el comercio. Esto llevó a ambas instituciones a diseñar estrategias más focalizadas para abordar las brechas identificadas.
En ese sentido, el informe hace un llamado a incrementar la inversión en financiamiento comercial, fortalecer las capacidades de bancos locales y fomentar marcos legales más robustos. También propone una mayor colaboración entre instituciones multilaterales y bancos nacionales para escalar soluciones innovadoras.
Uno de los aspectos más destacados del estudio es la propuesta de duplicar la cobertura del financiamiento del comercio en la región, lo que podría traducirse en un aumento significativo de los flujos comerciales. Esto no solo beneficiaría a las grandes empresas exportadoras, sino que también permitiría que las PYMES se integren a las cadenas de suministro internacionales, promoviendo la inclusión socioeconómica.
El informe también reconoce que el comercio debe ser una herramienta de desarrollo sostenible e inclusivo. Por ello, en las recientes reuniones del FMI y el Banco Mundial, la OMC y los principales bancos multilaterales anunciaron un plan de acción para mejorar la infraestructura jurídica, fomentar el conocimiento de los mercados y ampliar la diversidad de productos financieros disponibles.
De cara al futuro, la digitalización de los procesos y la reducción de los costos logísticos y financieros seguirán siendo prioridades estratégicas. En este sentido, Hill remarcó que la OMC continuará trabajando activamente con gobiernos, bancos de desarrollo e instituciones académicas para promover soluciones concretas que permitan a más empresas beneficiarse del comercio global.
En conclusión, el informe de la OMC y la IFC deja en claro que el financiamiento del comercio no es solo un tema técnico, sino un componente esencial para el desarrollo equitativo. Facilitar el acceso a estos instrumentos financieros no solo permitirá mejorar la competitividad de los países de Centroamérica y México, sino que también abrirá nuevas puertas para millones de emprendedores que hoy permanecen al margen del comercio internacional.
Fuente: OMC
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