En un país donde el 71% de los jóvenes ocupados trabaja en condiciones de informalidad, y donde las brechas entre la educación y el empleo siguen siendo alarmantes, la formación técnica emerge como una solución concreta para mejorar la empleabilidad. A diferencia de otras rutas educativas más extensas y generalistas, las carreras técnicas ofrecen una vía más corta, especializada y alineada con las necesidades del mercado.
En este contexto, diversas instituciones de educación superior técnico-profesional han logrado posicionarse como actores claves del ecosistema laboral en el Perú. Una de ellas es el Instituto de Educación Superior Neumann, con sede en la ciudad de Tacna, que ha desarrollado una propuesta educativa orientada a fortalecer las competencias profesionales de los jóvenes del sur del país y fomentar su rápida inserción en el mercado laboral.
Uno de los principales diferenciales de la educación técnica es su enfoque práctico y la conexión directa con sectores productivos. En el caso del Instituto Neumann, este principio se materializa en programas de formación diseñados en conjunto con empresas aliadas, prácticas preprofesionales integradas al plan de estudios, y talleres equipados con tecnología alineada a los estándares de la industria.
Carreras como Administración de Negocios Internacionales o Contabilidad están concebidas para responder directamente a las demandas del entorno económico actual, donde las habilidades digitales, la capacidad de adaptación y el pensamiento crítico son tan valorados como la experiencia técnica.
Asimismo, los convenios con empresas y centros de prácticas permiten que los estudiantes completen su formación con una visión real del entorno laboral, algo especialmente valioso en regiones donde el acceso al empleo formal sigue siendo un desafío estructural.
En regiones como Tacna, la descentralización de la educación de calidad sigue siendo una deuda pendiente del sistema educativo nacional. La presencia de instituciones como Neumann permite no solo cubrir esa demanda local, sino también generar impacto en la economía regional a través de la capacitación de mano de obra calificada y el impulso a emprendimientos locales.
Según especialistas en desarrollo regional, una de las claves para dinamizar las economías fuera de Lima es precisamente potenciar las capacidades técnicas de la población joven. En ese sentido, el crecimiento sostenido de la matrícula técnica en instituciones del sur del país es una señal positiva de que la población está buscando vías alternativas para acceder al empleo y mejorar su calidad de vida.
Una tendencia creciente en la educación superior técnica es el acompañamiento post formación, donde las instituciones no solo se enfocan en formar a sus estudiantes, sino también en facilitar su acceso al primer empleo o a mejores oportunidades laborales.
El Instituto Neumann ha implementado una Oficina de Inserción Laboral que se encarga de conectar a los egresados con empresas locales y nacionales, capacitar en habilidades blandas y brindar acompañamiento en procesos de selección. Este tipo de iniciativas tienen un impacto directo en los indicadores de empleabilidad, que hoy en día son uno de los principales criterios con los que se evalúa la calidad de la formación técnica.
A pesar de sus evidentes ventajas, la educación técnica en el Perú todavía arrastra ciertos estigmas culturales que la colocan por debajo de la formación universitaria. Sin embargo, el dinamismo del mercado laboral, la transformación digital y las necesidades del sector productivo están cambiando esa percepción.
Hoy en día, muchas empresas priorizan competencias prácticas y habilidades específicas por encima de títulos universitarios generalistas, lo que está reconfigurando el panorama de la empleabilidad. En ese escenario, los institutos técnicos tienen una oportunidad estratégica para posicionarse como referentes de calidad educativa, innovación y conexión con el mundo del trabajo.
Experiencias como la del Instituto Neumann demuestran que es posible construir modelos educativos sostenibles, pertinentes y con impacto regional desde fuera de los grandes centros urbanos. Su enfoque académico, el trabajo colaborativo con el sector empresarial y el acompañamiento al estudiante antes, durante y después de la formación, lo convierten en un ejemplo replicable en otras regiones del país.
En un momento donde el Perú enfrenta retos urgentes en materia de empleo juvenil, productividad y formalización, la educación técnica superior se presenta como una pieza clave del desarrollo inclusivo. Y los institutos que apuestan por la calidad, la innovación y el compromiso social tienen un rol fundamental en esta transformación.
El Instituto de la Empresa, institución peruana especializada en formación técnica, aterriza en Chile con programas virtuales dirigidos a adultos con estudios inconclusos y experiencia laboral. Su modelo permite acceder a estudios universitarios y de maestría en alianza con universidades internacionales.
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