Hace 25 años, Dinamarca enfrentaba desafíos significativos en el tratamiento del cáncer. Los pacientes a menudo debían recurrir a tratamientos en el extranjero debido a la falta de infraestructura y recursos adecuados, mientras las listas de espera internas prolongaban la atención y afectaban los resultados. Este panorama coincidía con el de otros países europeos con sistemas de salud financiados por el Estado, donde la eficiencia y la rapidez en la atención oncológica eran limitadas.
Hoy, gracias a un plan integral de gestión hospitalaria y sanitaria, Dinamarca ha logrado aumentar la supervivencia al cáncer de recto al 69% a cinco años, superando ampliamente sus propios indicadores históricos y acercándose a los estándares internacionales más altos. Este avance incluye también cáncer de colon, estómago y pulmón, mostrando que una estrategia sistémica puede impactar múltiples áreas.
El éxito danés se sustentó en decisiones de inversión claras y estratégicas. Entre 2008 y 2014, el gobierno adquirió entre 30 y 60 escáneres CT de última generación, aumentando significativamente la capacidad diagnóstica. Esta decisión optimizó la eficiencia de los hospitales, redujo cuellos de botella y permitió realizar diagnósticos tempranos, fundamentales para mejorar la supervivencia.
Además, los hospitales, como Herlev Hospital cerca de Copenhague, combinaron equipamiento avanzado con un enfoque en la experiencia del paciente. La inclusión de arte y diseño ambiental no solo mejora la satisfacción del paciente, sino que también contribuye a reducir estrés y ansiedad, factores que impactan en la recuperación y adherencia a los tratamientos.
Una parte clave de la estrategia fue establecer estándares claros y estrictos para diagnóstico y tratamiento. Tras la derivación, el diagnóstico debe realizarse en dos semanas y el tratamiento, de ser necesario, en otras dos. Los pacientes que enfrentan demoras pueden trasladarse a otro hospital o incluso a otro país, financiados por el sistema de salud.
Además, Dinamarca implementó la atención domiciliaria para pacientes con quimioterapia, reduciendo riesgos de infección hospitalaria y mejorando la calidad de vida. Este enfoque permite mantener la continuidad del tratamiento sin comprometer la eficiencia operativa ni la seguridad clínica.
El modelo danés demuestra la importancia de la coordinación y el liderazgo dentro del sistema de salud. Las decisiones se toman con una visión a largo plazo, manteniendo un compromiso sostenido con objetivos de supervivencia y calidad de atención. La asignación de responsabilidades claras y la supervisión constante de los indicadores de desempeño son fundamentales para garantizar que los recursos se utilicen de manera óptima y que las metas de atención se cumplan.
La colaboración entre autoridades sanitarias, hospitales y centros de apoyo comunitario también ha sido clave. Centros de asesoría y acompañamiento psicológico para pacientes oncológicos complementan la atención médica, integrando bienestar físico y emocional en la estrategia hospitalaria.
El impacto de estas políticas se refleja en cifras y experiencias concretas. Pacientes como Elisabeth Ketelsen destacan cómo la rapidez en el diagnóstico y el tratamiento domiciliario han permitido retomar sus actividades diarias en tiempo récord. La eficiencia del sistema se traduce no solo en mayor supervivencia, sino también en una experiencia del paciente más humana y centrada en la calidad de vida.
Para otros sistemas de salud, el caso danés ofrece un ejemplo claro de cómo la inversión estratégica, protocolos ágiles y atención integral pueden mejorar resultados sin necesariamente aumentar el gasto sanitario proporcionalmente. La clave está en una gestión hospitalaria eficiente, centrada en objetivos medibles y con visión a largo plazo.
Dinamarca demuestra que un sistema de salud eficiente no depende únicamente del gasto, sino de la planificación estratégica, la inversión inteligente y un enfoque centrado en el paciente. Para gestores hospitalarios y autoridades sanitarias, este modelo ofrece una guía para optimizar recursos, aumentar la supervivencia y mejorar la experiencia integral del paciente.
Fuente: BBC
La División de Educación Continua de Blackwell Global University (EE. UU.) y el Instituto Internacional de Salud y Hábitos Saludables (España) refuerzan su convenio de cooperación académica, orientado a la certificación internacional en programas avanzados de salud y estética. Esta alianza fortalece la competitividad profesional en mercados globales.
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