Síntomas del hígado graso: Señales de alerta según un experto de Harvard

|

El hígado es un órgano esencial para el funcionamiento general del cuerpo humano. Realiza más de 500 funciones vitales, incluyendo la filtración de toxinas, el metabolismo de grasas y azúcares, y la producción de proteínas necesarias para la coagulación de la sangre. Sin embargo, a pesar de su importancia, el hígado no siempre manifiesta señales claras cuando algo no anda bien. Una de las enfermedades más comunes y silenciosas que lo afectan es el hígado graso, también conocido como esteatosis hepática.


Según el Dr. W. Allan Walker, médico e investigador de la Universidad de Harvard, uno de los grandes desafíos de esta enfermedad es que muchas personas no presentan síntomas en las primeras etapas. Esto retrasa el diagnóstico y permite que la acumulación de grasa en las células hepáticas avance hasta transformarse en un problema serio. De hecho, se estima que más del 25% de la población mundial podría estar afectada por esta condición sin saberlo.


Los primeros signos de hígado graso no siempre se relacionan con el hígado directamente. El cansancio constante, una fatiga sin causa aparente o la dificultad para concentrarse pueden ser los primeros indicios de que algo no está funcionando correctamente. Además, algunos pacientes pueden experimentar una leve molestia o sensación de pesadez en el abdomen superior derecho, justo donde se encuentra el hígado.


Otros síntomas frecuentes incluyen la pérdida del apetito, náuseas, hinchazón abdominal, o incluso un ligero aumento de peso, sobre todo en la zona del abdomen. Estos signos suelen pasar desapercibidos o ser atribuidos a otros problemas digestivos. El Dr. Walker destaca que muchas veces la única manera de detectar esta afección es a través de análisis de sangre, en los cuales se observan enzimas hepáticas elevadas, o mediante una ecografía abdominal.


Pero, ¿por qué ocurre el hígado graso? Esta acumulación anormal de grasa en el hígado puede tener diferentes causas. El tipo más común es el hígado graso no alcohólico, asociado al sobrepeso, la obesidad, el colesterol alto, la diabetes tipo 2 y el sedentarismo. También existen casos vinculados al consumo excesivo de alcohol, pero son distintos en su evolución y tratamiento.


Uno de los mensajes clave del Dr. Walker es que el hígado tiene una notable capacidad de regeneración. Si se detecta a tiempo, el daño puede ser completamente reversible. Por eso, resalta la importancia de los chequeos médicos periódicos, especialmente en personas con factores de riesgo. Una simple ecografía puede bastar para detectar la acumulación de grasa hepática.


Adoptar hábitos saludables es la mejor forma de frenar el avance de esta condición. Los expertos recomiendan una alimentación equilibrada basada en frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales. Evitar los alimentos ultraprocesados, reducir el consumo de azúcares refinados y eliminar las grasas trans también es fundamental. Además, se aconseja incorporar al menos 30 minutos de actividad física moderada al día.


La pérdida de peso gradual puede tener un impacto significativo. Estudios han demostrado que reducir entre el 5% y el 10% del peso corporal puede mejorar notablemente la salud del hígado. Dormir bien, evitar el estrés crónico y limitar el consumo de medicamentos innecesarios también contribuyen a mantener este órgano en buen estado.


En la actualidad, no existe un medicamento específico aprobado para tratar el hígado graso no alcohólico. Sin embargo, están en marcha múltiples investigaciones —varias lideradas por centros como Harvard— para encontrar terapias farmacológicas seguras y efectivas. Mientras tanto, el enfoque prioritario sigue siendo el cambio en el estilo de vida y el seguimiento médico.


En algunos países, los sistemas de salud están empezando a incluir controles hepáticos como parte de los chequeos anuales, con el objetivo de prevenir enfermedades crónicas. Esta tendencia responde al aumento de casos de enfermedad hepática grave en personas jóvenes y adultas, muchas de las cuales nunca presentaron síntomas alarmantes.


Reconocer las señales del cuerpo es una herramienta poderosa. Estar informados, observar cambios persistentes en nuestra energía o digestión, y consultar al médico a tiempo puede hacer una diferencia enorme en el futuro. Si bien el hígado puede no quejarse hasta que el daño es serio, nuestra responsabilidad está en escuchar las pequeñas pistas y actuar preventivamente.




Fuente: Clarín

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Lo más leído

Innovador método de bioimpresión 3D de tejido adiposo revoluciona la medicina regenerativa 2

Un equipo de la Universidad Nacional de Pusan ha presentado un avance en la bioimpresión 3D de tejido adiposo, utilizando una biotinta híbrida para crear estructuras funcionales que podrían transformar los tratamientos médicos en el ámbito de la regeneración de la piel.

Comenta
Las señales que advierten sobre hígado graso lo que recomienda un médico de Harvard 2

El hígado graso puede desarrollarse sin síntomas evidentes. Un especialista de Harvard explica qué señales debemos tener en cuenta y cómo actuar antes de que la condición avance.

Comenta
Nuevo medicamento oral logra reducir hasta un 60% el colesterol LDL en pacientes resistentes a estatinas 2

Una nueva alternativa oral al tratamiento con estatinas ha logrado reducir el colesterol LDL en un 50% en pacientes con alto riesgo cardiovascular. El fármaco podría cambiar la forma en que se trata la hipercolesterolemia en personas intolerantes a las terapias convencionales.

Comenta